Como crecemos
“Cambien su manera de pensar para que así cambien su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto.”
ROMANOS 12:2
En cuanto decidas con seriedad llegar a ser semejante a Cristo, deberás empezar a actuar de una manera nueva. Tendrás que abandonar algunas rutinas viejas, desarrollar hábitos nuevos y cambiar intencionalmente tu manera de pensar.
Hay dos partes en el crecimiento espiritual: llevar a cabo y producir.
El llevar a cabo es nuestra responsabilidad, el producir es el papel que desempeña Dios. El crecimiento espiritual es un esfuerzo de colaboración entre nosotros y el Espíritu Santo.
“Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”
FILIPENSES 2: 12-13
“Dejen que Dios los transforme en una nueva persona, cambiando su forma de pensar. “
ROMANOS 12:2
El primer paso en el crecimiento espiritual es empezar por cambiar la manera de pensar. La manera en que pienses determinará cómo te sientes, y cómo te sientes influirá en cómo actúas. Para ser como Cristo debes desarrollar tu mente. El Nuevo Testamento llama a este cambio mental arrepentimiento, que en griego literalmente significa cambiar tu mentalidad. Arrepentirse significa cambiar tu manera de pensar: acerca de Dios con respecto a ti mismo, al pecado, a otras personas, a la vida, a tu futuro y a todo lo demás. Asumes la actitud de Cristo y su perspectiva.
“Cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.”
1 CORINTIOS 13:11
Pensar como Jesús presenta dos facetas. La primera faceta de este cambio mental consiste en dejar los pensamientos inmaduros, los cuales son egoístas. La segunda faceta para pensar como Jesús consiste en que empieces a meditar con madurez, enfocándote en otros, no en ti mismo. Pensar en los demás es la esencia de ser semejantes a Cristo y la mejor evidencia del crecimiento espiritual. Esta manera de pensar es antinatural, va en contra de nuestra cultura, es rara y difícil. La única forma de aprender a pensar así es que nuestra mente se llene con la Palabra de Dios.
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